Añadir esta página a favoritos
CUENTOS INFANTILES
CUENTO LA SOLIDARIDAD DE LOS áRBOLES (por Patricia Morales)
La amistad de Oikodoro y Kosmodoro
La solidaridad de los árboles

Una vez el gran árbol del bosque no tuvo casi hojas al llegar la primavera. Después de un in­vierno muy duro, en el que los niños casi no jugaron en el bosque, los niños vol­vieron a ser rondas al­rededor del ár­bol, aún sin flores. El árbol, que siempre ayuda a los pájaros viajeros en otoño, tam­poco pudo comunicarse con ellos.

-Qué le pasa al árbol?, quién podrá ayudarlo a florecer?, los niños fueron a pregun­tarle a Oikodoro. Los niños corrían y los pájaros volaban de copa en copa en busca de una respuesta.

Oikodoro invitó a los niños a visitar los árboles del parque que estaban muy floridos y buscar allí una solución. En el parque también hay un gran árbol, cuya fron­dosa sombra gira de la mañana a la tarde, dando frescor a toda la ciudad.

-El gran árbol del bosque no ha florecido, cuen­tan apenados al gran árbol del parque. Este árbol es­cuchó a los niños y recordó un tiempo de muchas heladas:

-Una vez hubo un invierno tan frío, en el que los niños no visitaron el parque. Los juegos es­taban vacíos y por el parque pocas per­sonas caminaban de paso. Al llegar la primavera yo no florecía porque había estado muy solo durante el invierno y me había debilitado. Los niños en ronda can­taban y bailaban, pero yo poco los veía y es­cuchaba. Hasta que uno de los niños en­contró la solución. 'Quizá, nosotros no entendemos el lengu­aje de los ár­boles. Busquemos algún árbol que pueda hablar con él', sugirió. Los niños caminaron todo el día en busca de un árbol florido, y llegaron hasta el bosque, donde esa vez el gran árbol del bosque estaba muy florecido. Aquel duro invierno los niños habían construido sobre el árbol del bosque nidos para los pájaros­ y una casita para otros animales, pues no todos habían podido viajar por el frío tan intenso. Durante ese invier­no el gran árbol se había esfor­zado mucho por man­tener muchas ramas y hojas, para proteger a los animales. Tan grande fue su fuerza, que en la primavera sus hojas y flores eran tan enor­mes como bonitas. Después del relato a los niños, el árbol del bos­que sacudió sus ramas y llenó de hojas y de flores las manos de los niños y las alas de los pájaros. Si llevan rápidamente estas hojas y flores al gran árbol del par­que y también mi amis­tad, él florecerá, dijo el árbol del bosque tiernamente.

Oikodoro comentó a los niños que los árboles no se mueven, pero que tienen entre ellos una profunda amistad, y son los niños quienes pueden ayudarlos a comunicarse. Esa vez el gran árbol del parque cubría de sus bellas hojas y flores las manos de los niños y los pájaros, que las llevaron con mucho cuidado al gran árbol del bosque. El árbol del bosque recibió emocionado las hojas y las flores, y el men­saje de amistad del árbol del par­que. Los niños subieron a sus ramas y las llenaron de hojas y flores, y el gran árbol del bosque floreció como en toda primavera. Con el sol y la luz del verano los niños jugaron mucho con los árboles. Los niños supieron de su afecto y, cuando estaban juntos, formaban una larga ronda desde el bosque hasta el par­que para unir a los grandes ár­boles amigos.

La Carta de la Tierra en los cuentos de Oikodoro
(cuentos para niños)
de Patricia Morales
http://www.terracuranda.org/Cuentario/indice.htm


Lección / Moraleja:
Principio 4: Aseguremos que la Tierra se mantenga bella y mag­nifica tanto para todos nosotros como para todos los que vivan en el futuro. Protegien­do nuestros ideales y cul­turas, for­mularemos a continuación prin­cipios más par­ticulares.
Cuentos Infantiles, audiocuentos, nanas, y otros en CuentoCuentos.net © 2009 Contacta con nostrosAviso Legal

eXTReMe Tracker

La mayoría del material de CuentoCuentos.net es proporcionado por nuestros usuarios, proveniente del grandísimo almacén que es la red. Si considera que alguno del material expuesto vulnera sus derechos y/o prerrogativas, le rogamos que nos lo comunique contactando con nosotros